Pese a que la mayoría de las personas adultas están o han estado al menos una vez en una relación de pareja, existe un porcentaje muy elevado de rupturas y divorcios que causan gran angustia y sufrimiento a las personas involucradas.
Si entendemos como pareja a cualquier relación romántica significativa entre dos adultos, la mayoría de sus problemas así como las estrategias para resolverlos son comunes muchas parejas estén casadas o no, sean heterosexuales u homosexuales.
¿Por qué entonces se producen estos problemas de pareja si se supone que los miembros de la misma se quieren?
Probablemente, al principio de todas estas relaciones están presentes la atracción, la emoción, la ilusión. Sin embargo, con el paso del tiempo algunas de las conductas que antes eran agradables y reforzantes comienzan a perder este efecto y se vuelven rutinarias y tediosas. Por otra parte, los factores ambientales añaden tensión a todas las relaciones, los problemas familiares, laborales o económicos pueden generar una gran angustia, especialmente si uno o los dos miembros de la pareja tienen una manera poco eficaz de enfrentar y resolver los problemas cotidianos.
Por todo esto, la terapia de pareja se centra en algunos objetivos generales que autores como Nezu y Lombardo (2004) definen como:
- Reducir los conflictos y la conducta negativa, así como aumentar la cercanía y la intimidad.
- Promover el compañerismo para la resolución de problemas con eficacia.
- Mejorar la interacción apoyándose mutuamente en épocas de estrés.
- Propiciar el entendimiento mutuo.
- Disminuir algunas conductas (p. ej. agresiones verbales) y aumentar otras( p. ej. habilidades comunicativas)
- En general, mejorar la relación de manera que contribuya al bienestar de ambos miembros tanto en el corto como en el largo plazo.