Una de las dudas más frecuentes de los pacientes cuando llegan por primera vez a terapia suele ser, ¿Que aspecto de mí mismo es la fuente de mi malestar? ¿La situación que me ocurre? ¿La emoción que siento? ¿Lo que pienso? ¿Pero que va primero?
La mayoría de los pacientes suelen pensar, de forma errónea, que el motivo responsable de su malestar emocional es la situación que les ocurre y que ello es lo que los lleva directamente a sentir una emoción insana o disfuncional y en consecuencia, a un comportamiento desadaptativo.
Muchas veces se atribuye la responsabilidad de nuestro malestar emocional a causas externas y cuesta darnos cuenta, de que somos nosotros mismos, con nuestra interpretación, nuestra evaluación y nuestra manera de pensar sobre la situación que nos ha ocurrido, los principales responsables de ese malestar.
Varios psicólogos e investigadores de referencia como Beck, Ellis y Lazarus apoyan la idea de que la emoción y los comportamientos que realizamos cuando sentimos una determinada emoción, no están originados por la situación que nos ocurre, sino por los pensamientos, creencias y actitudes ante el mismo.
Otra de las dudas más frecuentes suele ser: ¿Y porque pienso de esta manera?
Existen varios factores que pueden influir para que tengamos ese pensamiento en ese momento, pero según considera el famoso psicólogo Albert Ellis, básicamente es por una razón Bio-social, es decir nuestras creencias o modos de pensar son generadas por cómo somos nosotros, por factores biológicos, de personalidad…y también por creencias aprendidas del entorno en el que hemos vivido, es decir por factores familiares y sociales.
Hay que destacar que universalmente como seres humanos tenemos una tendencia biológica innata a pensar de un modo racional (constructivo), pero también a pensar de un modo irracional(destructivo), por lo que los seres humanos como especie tenemos cierta tendencia innata a crear nuestra propia perturbación.
Como dijo Epícteto, que fue un famoso filósofo griego y vivió gran parte de su vida como esclavo en Roma: No son las cosas lo que nos perturba, sino la visión que tenemos de las mismas.
Entonces si tenemos esta tendencia innata ¿Ya no se pueden cambiar estas creencias que nos generan perturbación?
¡Por supuesto que sí! Evidentemente nuestra tendencia biológica y nuestras experiencias han influido para crear nuestros pensamientos irracionales, pero somos nosotros en el presente quienes los seguimos manteniendo y creando cuando nos alteramos emocionalmente.
Y justamente este es uno de los aspectos iniciales y claves de la terapia, ir identificando poco a poco todas aquellas creencias y pensamientos irracionales que nos llevan a la perturbación y en consecuencia a no tener un buen estado emocional e ir aprendiendo a cuestionar dichas creencias e ir modificando estas por otras más racionales y adaptativas.