Para poder seguir con nuestro día a día, normalmente necesitamos un cierto conocimiento de aquello que pueda pasar, a qué debemos atenernos y cómo podemos prepararnos. Sí no es así, perdemos el control en una situación y nos surge la incertidumbre; no sabemos qué pasará y nos vamos aproximando a un abismo al que no sabemos cómo enfrentarnos. La incertidumbre implica tener desconfianza e inseguridad sobre alguna cosa o situación. Las sensaciones asociadas a este desconocimiento: son miedo, inquietud, estrés, ansiedad…
El concepto de intolerancia a la incertidumbre se caracteriza por: la tendencia a valorar situaciones inciertas como estresantes y molestas, a poseer un umbral bajo de tolerancia ante este tipo de situaciones, a responder de forma desproporcionada ante la incertidumbre, a creer que los hechos inesperados y el desenlace de una situación ambigua serán negativos y, por tanto, deberían ser evitados y la tendencia a pensar que la incertidumbre sobre el futuro es injusta y debe ser eliminada o controlada.
Por este motivo, la intolerancia a la incertidumbre conlleva una conducta disfuncional que interfiere con la solución eficaz de problemas (p.e. por necesitar una cantidad de información desmedida que incremente la certeza). Desde este enfoque, se plantea que una excesiva intolerancia a la incertidumbre predispone a una persona a virar de la preocupación normal a la preocupación incontrolable. Se ha visto que un aumento o reducción de la intolerancia a la incertidumbre engendra un aumento o reducción en las preocupaciones. A su vez, cambios en la intolerancia a la incertidumbre, preceden a cambios en el nivel de preocupación durante el tratamiento. Lo que no queda tan claro es por qué una persona llega a desarrollar una excesiva intolerancia a la incertidumbre.
Ante una situación que nos genera malestar, tendemos a evitarla. Asimismo, cuando sentimos incertidumbre, intentamos buscar alguna manera de conseguir cierta sensación de control como: preguntando, comprobando o buscando más información. Sin embargo, a medida que busquemos tener más el control, más lo perdemos. ya que comprobamos que no es posible tenerlo siempre. Por ello, en Psyclinic abordamos la intolerancia a la incertidumbre desde una aproximación cognitiva, para reestructurar pensamientos erróneos e irracionales, desde una perspectiva emocional para enfrentarnos al miedo e inquietud que nos generan este malestar.
BIBLIOGRAFÍA
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