Las vacaciones son un período donde se comparte tiempo y experiencias con familiares y amigos. Se busca tiempo para hacer diferentes actividades recreativas, descansar, alimentarnos bien (que no muy sano) pero, sobre todo, disfrutar de nuestro tiempo libre después de todo un año realizando una rutina más o menos constante en la que tenemos poco tiempo para nosotros mismos. Las vacaciones nos ayudan a recuperarnos de manera física y psicológica ante las demandas de nuestro día a día, por eso es una época tan buscada y esperada tanto por adultos como por niños.
En septiembre, los niños empiezan a prepararse para afrontar un nuevo año escolar: La vuelta al cole. Del mismo modo, los adultos comienzan una nueva etapa laboral en la que se vuelve a la rutina, al trabajo y a aquellas obligaciones que distan bastante del ocio al que se habían acostumbrado. Este cambio tan grande al volver a realizar los deberes que nos competen implica un proceso de readaptación. Tenemos que volver a adaptarnos a horarios, tareas, prisas, estrés… Con ello pueden venir asociados ciertos síntomas como una mayor irritabilidad, un estado de ánimo más bajo, presencia de nostalgia, fatiga, dificultades para dormir…
Este proceso de adaptación es llamado “El síndrome post-vacacional”, que, si bien no está reconocido en los manuales diagnósticos de psiquiatría, sí que se empezó a hablar de él en 1955, en una revista estadounidense llamada Psychoanalytic Review (Bretones, 2017), haciendo referencia al período de después de las vacaciones navideñas producido entre Acción de Gracias hasta unos días después de año nuevo.
El síndrome post-vacacional puede interferir en el desempeño del trabajo hasta las dos primeras semanas después de la reincorporación, pudiendo afectar también en la vida personal. Es importante poder ser conscientes de que aquello que nos pasa es una adaptación habitual, hay personas que tardarán más tiempo que otras en adaptarse. Podemos seguir ciertas pautas que nos ayuden a realizar una mejor adaptación como:
- Volver a descansar a casa 1 o 2 días antes del lugar de vacaciones
Adaptar la rutina de sueño y de comidas al horario habitual- Iniciar la actividad laboral los primeros días de una manera más suave y calmada
- Mantener en el día a día un espacio para seguir realizando alguna actividad social y recreativa
- Practicar actividades físicas fuera del trabajo, así como técnicas de relajación y/o meditación
Adaptar la rutina de sueño y de comidas al horario habitualSi estas dificultades se van acumulando más allá de dos semanas y con síntomas más limitantes en nuestro día a día, puedes acudir e informarte con un profesional, para que podamos darte más pautas de cómo adaptarnos mejor a estos cambios, o bien si necesitas ayuda más especializada.
BIBLIOGRAFIA
Bajatierra, L. (2006). Síndrome postvacacional. El reencuentro con la realidad. Cambio 16, (1815), 44-45.
Bretones, F. D. (2017). Facing the post-holiday blues. Safety Management, October, 13.
Lavilla Rayo, J. (2012). Síndrome postvacacional. Clínica Universidad de navarra. Recuperado el 19 de Agosto de 2022 en: https://www.cun.es/chequeos-salud/vida-sana/consejos-salud/sindrome-postvacacional
