Vivimos en un mundo interconectado donde las habilidades sociales juegan un papel fundamental en nuestras vidas. Estas aptitudes nos permiten interactuar efectivamente con los demás, comprender sus emociones, expresar las nuestras y resolver conflictos de manera constructiva.
Sin embargo, navegar por situaciones sociales puede resultar abrumador, desafiante e incluso aterrador. Aquí es donde entra en juego la terapia grupal, una forma de intervención terapéutica que reúne a un pequeño grupo de personas con experiencias, preocupaciones o metas similares en un espacio seguro y de apoyo mutuo.
¿Por qué es tan efectiva la terapia grupal?
- Todos los miembros adquieren el compromiso de crear un entorno de confianza, respeto mutuo y empatía.
- Se realiza el aprendizaje mediante la observación e interacción con los demás. Se promueven actividades y dinámicas en las que se representan situaciones (reales o ficticias) que nos encontramos a menudo en nuestro día a día.
- Los participantes del grupo llevan a cabo una exposición gradual y controlada bajo la supervisión y orientación del terapeuta. Se garantiza un acompañamiento continuo y adecuado a las necesidades de cada persona.
- Al compartir la experiencia con otros individuos podemos recibir y/o emitir retroalimentaciones constructivas, es decir, opiniones libres de críticas o juicios que pueden ser de gran ayuda, tanto para aumentar nuestra autoconciencia, como para inspirarnos y motivarnos a mejorar.
- El formato grupal permite la creación de redes de apoyo, vínculos que tienen un gran impacto positivo en nuestra confianza, autoeficacia y autoestima.