La agorafobia es un trastorno que se caracteriza por un intenso miedo o ansiedad provocados por la exposición a diferentes situaciones como: el uso de medios de transporte público, tales como automóviles, autobuses, trenes, barcos o aviones; encontrarse en espacios abiertos, tales como plazas, puentes; estar en espacios cerrados, tales como tiendas, teatros, cines; estar de pie haciendo cola, encontrarse en una multitud, o estar fuera de casa solo.
Al sentir la ansiedad desencadenada por tales situaciones, los individuos suelen pensar que algo terrible podría suceder, con frecuencia creen que podría ser difícil escapar de este tipo de situaciones (p. ej., “no se puede salir de aquí”) o que sería difícil disponer de ayuda en el momento en que se presentaran síntomas similares a los de un ataque de pánico (p. ej., “no hay nadie que me ayude”). Los síntomas similares a los de un ataque de pánico incluyen mareos, desmayos y miedo a morir, además de otros síntomas “embarazosos” como vómitos y síntomas inflamatorios del intestino.
El miedo o la ansiedad aparecen cada vez que el individuo entra en contacto con la situación temida. Por lo tanto, una persona con agorafobia evita activamente este tipo de situaciones o, si no puede evitarlas, las vive con una ansiedad intensa. El individuo intenta prevenir o minimizar el contacto con las situaciones de agorafobia (p. ej., cambiar las rutinas diarias, elegir un trabajo cercano para evitar el uso del transporte público, encargar las compras a domicilio para evitar entrar en las tiendas y los supermercados). La evitación puede llegar a ser tan grave que la persona se quede completamente confinada en casa. A menudo, la persona se siente mejor para hacer frente a la situación temida si va acompañada de alguien, como su pareja, un familiar o un amigo (1).
La agorafobia se presenta con mayor frecuencia en mujeres que en hombres, suele aparecer al final de la adolescencia o en los primeros años de la edad adulta y la mayoría de los casos se presentan antes de cumplir los 45 años. Como en otros trastornos de ansiedad, los factores de riesgo para desarrollar una agorafobia son varios. Por un lado, están los factores psicológicos (rasgos de personalidad y sensibilidad a la ansiedad), por otro lado, los factores biológicos (factores fisiológicos y genéticos) y, por último, los factores ambientales (situaciones estresantes como enfermedades, muerte de un familiar, ser atacado, etc.) (2,3).
El tratamiento recomendado para la agorafobia a nivel internacional es la terapia cognitivo conductual, que ha demostrado ser más eficaz que cualquier otra forma de terapia psicológica y de tratamiento farmacológico. Los objetivos del tratamiento psicológico de la agorafobia son reducir y eliminar la evitación de las situaciones temidas, a fin de que el paciente recupere su nivel de actividad normal y no vea su vida limitada por dichas situaciones. Por otro lado, se pretende reducir la ansiedad que estas situaciones producen en el paciente, así como las preocupaciones por situaciones futuras o por los síntomas de ansiedad. Para el tratamiento de este trastorno, lo psicólogos empleamos una serie de técnicas como son: la psicoeducación, la reestructuración cognitiva, la exposición en imaginación y exposición en vivo, el entrenamiento en respiración controlada y el entrenamiento en relajación (4-6).
Referencias
1. American Psychiatric Association. Diagnostic and statistical manual of mental disorders, 5th Edition. Arlington, VA: Authors, 2013.
2. Alonso J, Angermeyer MC, Bernert S, Bruffaerts R, Brugha TS, Bryson H, et al. Prevalence of mental disorders in Europe: Results from the European Study of the Epidemiology of Mental Disorders (ESEMeD) project. Acta Psychiatr Scand. 2004;109(SUPPL. 420):21–7.
3. Asmundson; S. Taylor. Anxiety Disorders: Panic Disorder With and Without Agoraphobia. 2008. p. 578–87.
4. Fullana MA, Cruz LFD La, Bulbena A, Toro J. Efficacy of cognitive-behavior therapy for mental disorders. Med Clin (Barc). 2012;138(5):215–9.
5. Bados, A. Trastorno de pánico y agorafobia. En Ferré, J.; Fullana, M. (coords.), Recomendaciones terapéuticas en terapia cognitivo conductual. Barcelona: ARS Medica, 2005.
6. Bados, A. Tratando Pánico y Agorafobia. Madrid: Ed. Pirámide, 2006.
Si quieres iniciar tu terapia, pide cita en la consulta de Barcelona, ya sea llamando por teléfono o a través de esta web. Si no puedes desplazarte hasta aquí, pide información sobre la terapia online y empieza tu tratamiento sin salir de casa.