El trastorno de ansiedad generalizada se caracteriza por una ansiedad y preocupación excesivas y persistentes que duran al menos 6 meses. Las personas con un trastorno de ansiedad generalizada se preocupan por cosas cuya probabilidad de que sucedan es muy baja y que en caso de que pasen, son menos dramáticas y más manejables de lo que ellas piensan (1).
A la persona le resulta difícil controlar la preocupación y los pensamientos relacionados con la misma interfieren con las tareas inmediatas. Los individuos con trastorno de ansiedad generalizada se preocupan todos los días por circunstancias rutinarias de la vida, tales como el trabajo, la salud y las finanzas, la salud de los miembros de la familia, o asuntos de menor importancia (p. ej., las tareas del hogar o llegar tarde a las citas). Cuando se sufre este trastorno, el centro de las preocupaciones puede ir cambiando de una cosa a otra, se suelen tener preocupaciones constantes y quienes lo padecen, solamente son capaces de dejar un tema de preocupación cuando aparece un tema nuevo (2).
A diferencia de las preocupaciones normales de la vida cotidiana, las del trastorno de ansiedad generalizada son excesivas, son más penetrantes, pronunciadas y angustiosas; tienen una mayor duración y se producen con frecuencia sin ningún desencadenante. Por otra parte, las personas con este trastorno, a menudo sienten un gran malestar debido a la preocupación constante y al deterioro de otros aspectos de su vida como sus relaciones sociales, su desempeño laboral, etc.
Las personas con un trastorno de ansiedad generalizada suelen pensar una y otra vez en sus preocupaciones, sin ser capaces de encontrar una solución, de tomar alguna decisión o de hacer algo al respecto. Tienden a darle vueltas a un asunto y se preocupan por sus posibles errores o fracasos, dificultades reales o imaginarias, así como toda clase de posibilidades negativas. Este tipo de pensamientos produce una especie de inmovilidad que les impide llegar a una solución del problema y hace que se queden en un bucle de preocupaciones sin salida aparente.
Además de la ansiedad y la preocupación, las personas con un trastorno de ansiedad generalizada presentan al menos, tres de los siguientes síntomas: inquietud o nerviosismo, cansancio, dificultad para concentrarse, sensación de bloqueo (mente en blanco), irritabilidad, tensión muscular y trastornos del sueño. Aproximadamente el 3% de la población sufre este trastorno en algún momento de su vida (3) y es el trastorno de ansiedad más común, ya que cerca del 12% de los pacientes atendidos por síntomas de ansiedad presentan este trastorno. Las mujeres sufren este problema con mayor frecuencia que los hombres, con una proporción de 2:1 y la edad en la que suele aparecer por primera vez está en torno a los 24 años.
El trastorno de ansiedad generalizada puede ser tratado a través de fármacos o por medio de terapia psicológica (4). El tratamiento psicológico recomendado para este trastorno es la terapia cognitivo conductual, ya que este tipo de terapia ha mostrado ser el más eficaz al compararse con otros tratamientos psicológicos (5).
La terapia cognitivo conductual para el trastorno de ansiedad generalizada tiene como principales objetivos reducir y/o eliminar las preocupaciones excesivas e incontrolables, así como disminuir los síntomas físicos de la ansiedad. Para ello, se emplean varias técnicas como son: la reestructuración cognitiva, la terapia de resolución de problemas, la organización del tiempo, el mindfulness, el entrenamiento en relajación, la exposición en imaginación, la desensibilización y la higiene del sueño (6).
Referencias
1. American Psychiatric Association. Diagnostic and statistical manual of mental disorders, 5th Edition. Arlington, VA: Authors, 2013.
2. Bados, A.Trastorno de ansiedad generalizada. En Vallejo Pareja, M.A. Manual de terapia de conducta. Madrid: Dykinson, 1998.
3. Alonso J, Angermeyer MC, Bernert S, Bruffaerts R, Brugha TS, Bryson H, et al. Prevalence of mental disorders in Europe: Results from the European Study of the Epidemiology of Mental Disorders (ESEMeD) project. Acta Psychiatr Scand. 2004;109(SUPPL. 420):21–7.
4. National Institute for Health and Clinical Excellence (NICE). Generalised anxiety disorder and panic disorder in adults: management. 2011.
5. Fullana MA, Fernández de la Cruz L, Bulbena A, Toro J. Efficacy of cognitive-behavior therapy for mental disorders. Medicina Clínica. 2012;138(5):215–9.
6. Nezu, A.; Nezu, C; Lombardo E. Cognitive-behavioral case formulation and treatment design: A ploblem solving approach. New York, NY: Springer, 2004.
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